jueves, julio 24, 2008

El Rey del Resbalón


Verano atípico en mi vida, sólo fui una vez a la Semana Negra. Y a comprar libros, ida y vuelta.

Semana de bautismo de surf en la playa de la Espasa, con poco sol, muchas olas y buena compañía. Adoro las longboard, aunque sea el tipo con la tabla más grande de toda la playa. No puedes hacer tantas filigranas como con otras, pero como tampoco se hacerlas, merece la pena por la sensación de poder subirte a cualquier ola, a cualquiera.

No me digáis que este video no es precioso...


sábado, julio 19, 2008

El Incidente Limón


Han pasado tan rápido estos días de vuelta en Gijón, como el atípico fin de semana (por el hecho de ser de miércoles a jueves) en Madrid.
Más de una semana después, la mayoría de las anécdotas todavía siguen formando parte de las conversaciones, así que no me puedo resistir a ponerlas aquí, más que nada para cuando ese alzheimer prematuro tan típico en mí, empiece a nublar mis recuerdos.
Hacía ya mucho tiempo que no bajaba a Madrid, así que volví a sentirme un poco Paco Martínez Soria, como la primera vez que llegué a la capital, algunas cosas nunca cambian. Nos alojamos en un hostal muy cuco de la zona de Fuencarral al que pienso volver siempre que pueda y que os recomiendo encarecidamente si no sabéis donde alojaros y os apetece estar céntricos. No es caro, es limpio, coqueto, de trato muy amable y hasta tienen una gatina que se cree un perro.

A la nena le cansa un poco el look modernillo que inunda Malasaña, pero a mí me parece el mejor sitio de todo Madrid, de verdad.
¿Quieres salir de Marcha? Los antros que más casan con mi estilo están por allí, ¿Comer bien? Ahí está Chueca, por ejemplo (os recomiendo el Ojalá) o la imprescindible pizzería Maravillas, ¿Comprar? Pues mercado de Fuencarral o Gran Vía a un paso. Acabaré reconciliándome con Madrid, lo sé, es cuestión de volver y volver.

La excusa era el concierto de Beck y mereció la pena. El tipo ha cambiado de aquel al que conocí en el enorme Odelay, doce años atrás. Igual que Madrid en mis recuerdos. Parece Kurt Cobain en bajito, pero como artista sigue siendo enorme. He leído críticas de todo tipo del concierto en La Riviera, pero yo disfruté como un enano. La sala nunca ha sido un prodigio de acústica, así que no le pidamos peras a los acoples, pero aparte de eso, fue un show genial. No voy a hacer la crítica, me limitaré a decir que me pasé hora y media dando botes en una zona privilegiada y disfrutando de jitazos desde el primero (Devil´s Haircut) al último (Where it's at+Güero), pasando por Loser, E-pro, Girl, Sexx laws, Mixed bizness o las nuevas.
Y cantando en pijama, con unas Ray-Ban rojas y en unas zapatillas mil números mayores.

Genio y figura.

En fin que al final todo se hizo cortísimo y ni tiempo casi para ver el parto del nuevo iPhone 3G.

Otro día os hablaré de mi nueva adicción o de cuando estuve (literalmente) en una nube.