That's Entertainment

Aunque esta vez no las tenía todas conmigo, al final pude ver la 79 ceremonia de entrega de los Oscar de Hollywood en directo, tradición a la que no falto desde que Sin Perdón ganó a la mejor película, hace ya 14 años.

Y, como siempre, mereció la pena. Ya sé que todo el mundo raja de los Oscar, del cine americano y todas esas soplapolleces de las que hay que alardear para que quien te oiga crea que sabes algo de cine, pero en la realidad, cuando no tienes que fingir ante nadie, todos sabemos que saben lo que se hacen. Quitando un par de números musicales de más, ninguna otra gala (no digamos los Goya) les hace sombra, no hay más que ver cada montaje que hicieron esta noche, sobre todo el dedicado a la gente del espectáculo que murió este año, homenaje merecido que aquí brilla por su ausencia, como cualquier muestra de respeto en general. Hasta ir bien vestido, por ejemplo, como el perroflauta de León de Aranoa.

Yo, por supuesto, me lo pasé pipa hasta las tantas de la mañana. Disfrutando de los espectaculares resultados de El Laberinto del Fauno (aunque no consiguiera ser la mejor película de habla no inglesa), con el oscar al abuelo de la pequeña Miss Sunshine (la princesa de la gala, que niña más riquina, por dios), de la sensación de saber de que hablaban al haberme visto prácticamente todas las películas a concurso y del triunfo de Al Gore. Por su propuesta y porque, como dijo Ellen DeGeneres "Aquí está la expulsada de American Idol, que no ha conseguido los votos de los americanos y también Al Gore, que sí ha conseguido esos votos americanos".
Y con el merecidísimo Oscar a Marty Scorsese ya...

No me gustó, sin embargo, la manía de conceder estatuillas a actores de biopics casi por decreto cuando O'Toole o DiCaprio (aunque no por el film por el que estaba nominado, si por este) se lo merecían más, ni los números musicales al final (cuando quieres que todo fluya o te dormirás) ni que Éramos Pocos no ganara en los cortos de ficción.

Por lo demás, yaunque no ganara Pe, una de mis noches favoritas del año, después de la de los fuegos artificiales y en la que siempre sueño estar algún día como mal reconocido guionista de, al menos, algo la mitad de bueno que este vídeo.