En Este Sitio nos Conocen

Por fin se acabó el ajetreo del nuevo contrato, libre ya de confidencialidades y exclusividades y sigo trabajando en la tele, sitio a la medida de hatajos de vagos como soy yo, que en sus condiciones laborales valora no madrugar, no tener que afeitarme ni ponerme corbata si no me sale de Esparta y esas cosas. Mi madre me ha felicitado, aunque sigue opinando que a ver cuando me dejo de hacer el bobo y busco un trabajo en una oficina como un paisano.
Pero los artistas somos así.


Para celebrarlo, nos fuimos al concierto de La Costa Brava, en el Nuevo Savoy. Creo que es el grupo al que más conciertos he ido en mi vida y nunca les he pillado todavía uno malo, pero este fue de los memorables. Tras ver a habituales como David Desorden o Manga Ranglan y alguno así con los que no coincido casi, si no es en estos eventos y que Richi (os recomiendo encarecidamente su blog) me contara que el gran Sergio Algora estaba mejor de lo suyo y para el concierto de mañana en León si que estaría, pues cervecinas y a bailotear.

Le había comentado un día a Fran que Olímpicos me gustaba una barbaridad, sobre todo porque me recordaba a una etapa de mi vida muy bonita. Aquellos años de esplendor en la hierba, de cosas que hacer y vivir antes de hacerte mayor que tantas películas ochenteras con un Corey de protagonista han dado. La época de la música, las drogas, el láser, las minifaldas...
Echando la vista atrás, a pesar de que anduve un poco como vaca sin cencerro, es una de las etapas más bonitas y divertidas. Algún día haré una entrada en este blog sobre aquella época.

Me hizo muchísima ilusión que se acordara y me dedicara la canción en el concierto, no se imagina él cuanto, ni aunque le haya dado un abrazo enorme y las gracias al acabar el concierto.

En fin, aquí os dejo el video de Olímpicos de una actuación en Sevilla y, otro día, os cuento la de tiempo que pensé que el cantante de El Canto del Loco había sido uno de los niños de Bom-Bom-Chip...